8 set. 2007

Encomienda de mamá


Algo que adoro de mi madre, son sus encomiendas. Cada vez que llegan (vivo en Lima), me pone feliz, porque los dulces, los chifles, la carne seca y el pavo horneado que me envía hace que sonría toda una semana.

Aunque obviamente de esta encomienda que me envió hace dos días ya no queda casi nada. Es una difícil tentación. Los tres kilos de pavo volaron y sólo está la pierna ahí esperándome en la congeladora.

¿Y qué te pareció el pavo?, me preguntó ella. Riquísimo mamá, le respondí por teléfono. ¿Y cómo lo has hecho?, para aprender le dije. Su secreto es dejarlo macerar desde una noche anterior con ají panca para que quede sabrocito. Y claro que después de encurtirlo lo envía a cocer en un horno de barro, como debe ser.

Los dulces que me encantan también están en la cajita que envió mamá. Los guergueritos, las galletitas, los alfajores, los chifles y mi carne seca para mis preparaciones a la olla vienen en la encomienda. Y mi chicha de jora para mis secos también. Gracias mamá!

Fotos: Kateryn Hidalgo

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