Lo pensé y sonreí mientras miraba ese marcito, mientras miraba a Máncora. Era fin de año. Y la verdad, no había ni un sólo lugar donde alojarse. Más gente llegaba a la playa. Los precios de los hoteles subieron al 100 % y no había donde pasar la noche.
Te vendo esta carpa, me dijo una chica con cabellos al estilo rasta sin zapatos, no hay ningun hospedaje, volvió aclarar; mientras esperaba a su novio, un gringo también descalzo. Después de entender que no la quería, ella se marchó para venderla de alguna manera y como sea.

Después de reirme buen rato con lo del panadero, el ambiente se iba poniendo. Más gente llegaba a Máncora, sin hospedaje y muchas carpas alrededor de la playa, gente bebiendo, rastas fumando y riendose de la nada, gente armando sus fogatas. Ya era de noche. Música por todos lados.
Diez minutos......cinco minutos...un minuto....doce de la noche. ¡¡¡¡¡¡Felíz año nuevo!!!!!, todos gritaban, aplaudian, corrían sin destino, se abrazaban, se tiraban al mar para bañarse, fuegos artificiales, música a más volumen por todos lados. Nadie quería dormir y nadie durmió esa noche. Era año nuevo en Máncora y yo estaba feliz de estar ahí. Porque quiera o no, en Perú fin de año es Máncora y Máncora es gente, 'gentita' que ama a Máncora.
ano nuevo
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