Como muestra las siguientes imágenes que tomé, el sabor crujiente de los bocaditos chinos (dim sum) me dejó sin aliento -ver primera foto-, en especial el ja kao, mis preferidos, que son empanaditas rellenas de langostinos y cerdo. Ricos. El pato pekinés, segunda imagen, estaba excesivamente sabroso, sobre todo su piel. Resaltaba el sabor del kión y salsas chinas. Y faltaba más, vienen los platos de la tercera y cuarta fotografía, carnes, mariscos, verduras salteadas. En suma, sabores dulces, salados y agrios que combinan perfectamente.




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