El lugar, que es muy fresco, por ayuda de los árboles, tiene un mini zoológico por ver, hay dos llamas que comen pasto despreocupadas y dos águilas.

Aquí se puede apreciar cómo preparan al aire libre el chancho al palo (ver foto) con leña del lugar.

Como cortesía, recibimos un plato de arroz y carapulcra a la huaralina. Sabrosísimo.

Y llega el chancho al palo, acompañado de papa a la huancaína y una ensalada de nabo encurtido que combina muy bien con el cerdo.

También son expertos en cebiche de pato, de sabor a ají casero, acompañado de yucas cocidas. Hasta la cebolla es deliciosa. Sin duda es otro de los lugares que recomiendo ir. No me olvido de su vino, tan dulce, tentador.
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