9 jun. 2008

Desayuno en el café Haití


Tiene 45 años de funcionamiento. Archi conocido por sus panes y sus cafés. Comensal que llega y que va, toma su capuccino. Ellos pasan lento las hojas de su diario. Estamos en el Haití, café restaurante miraflorino donde el tiempo pasa muy despacio en esta mañana fría. En el lugar de encuentro, de tertulias, conversaciones interminables.


Nosotras, mi hermana y yo, pedimos el desayuno. Es su cumpleaños número 18 y aunque estudia nutrición, come una hamburguesa y papas fritas sin culpa alguna. Pido uno criollo, de lechón y de pronto el ají de su zarsa hace que tome más jugo de fresa. Ella no está acostumbrada a ese café tan cargado del lugar y pide que se lo rebajen. Yo, por el contrario estoy a gusto con el mio; pero no con las papas fritas. Las miro de cerca y algunas están negras (ver fotografías). Y me parece un horror. No es por ser mala onda. Pero si se trata de un café reconocido, donde acude un gran número de extranjeros y nacionales, por ser un lugar acogedor, con buena vista, y con años de experiencia, en ese punto deben mejorar.



Mientras la gente camina a prisa, los artistas en la cera del frente acomodan sus pinturas, las mismas que venden al público y más allá los peatones van despacio asombrándose de una exposición fotográfica con imágenes de gran formato.



Comemos todo, excepto los carbohidratos, por obvias razones expuestas. Sin duda es un lindo sitio, no lo niego; aunque hay un pero. Y ese pero, espero no se vuelva a repetir si le sucede a usted y espero que sólo haya sido un error del cocinero de turno.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Hola Kateryn, no sabes que recuerdos me has traido con este post del Haiti. Mi papi siempre iba a tomar su clásico cafecito con amigos antes de ir a trabajar y por las noches cada tanto ibamos en familia y luego ya cada uno por su cuenta.
Suele pasar, dependiendo del día o del cocinero, que pase lo que a ti con las papas fritas..tendrían que mejorarlo para que no suceda nunca.
me gustó mucho tu blog medio tocaya,
Katia

Anónimo dijo...

Si, no pasa nada con esas papas quemadas,- Mas cuidado señores del Haiti